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El virus nos sorprendió en el inicio del Año Nuevo 2020, hoy estamos a mitad del año y nos encontramos en la antesala de la “nueva normalidad”, la seguridad para regresar a las actividades en los centros de trabajo y en las escuelas es una de las principales preocupaciones alrededor del mundo.
Este regreso deberá hacerse siguiendo los protocolos que las autoridades sanitarias y laborales establezcan para evitar más contagios por COVID-19, por ejemplo, se deberá capacitar al personal en temas como seguridad en el ambiente laboral y habrá que hacer una readecuación de espacios y procesos productivos. Sobre este punto, cabe recordar que la Secretaría de Salud ha recomendado fomentar el hábito de la sana distancia, es decir, mantener una separación de al menos 1.5 metros con otras personas.
Las medidas de salud pública deben continuar. Durante todo el plan gradual hacia la nueva normalidad, es indispensable seguir tomando las siguientes medidas de salud:
Las crisis son una oportunidad para innovar, para inventar nuevas soluciones y pensar más allá de esquemas tradicionales. ¿Cómo innovamos para el regreso a este nuevo esquema de normalidad?
-La '”nueva normalidad'” de los centros de trabajo también verá la implementación de filtros de ingreso, así como la sanitización de los espacios de trabajo.
En este contexto, como medida de seguridad y monitoreo para prevenir contagios es primordial realizar chequeos a la entrada para identificar posibles contagiados asintomáticos.
Los termómetros infrarrojos son dispositivos ideales para este tipo de casos donde se requieren mediciones sin contacto para detectar fiebre e identificar a las personas potencialmente infectadas con el virus.
No debe olvidarse que la mayoría de las personas infectadas, presentan síntomas 5 días después de haber contraído el virus, por lo que a pesar de que estos dispositivos médicos son efectivos como medida de prevención, no garantizan la identificación de todos aquéllos que han contraído el virus.
Recientemente, ha resurgido el interés por el uso de equipos con iluminación de lámparas UV-C en habitaciones enteras del sector de la salud para desinfectar el aire y las superficies accesibles de la habitación. Estos equipos pueden colocarse en un lugar específico de la habitación durante un determinado período de tiempo, o pueden ser unidades robóticas que se mueven por la habitación para reducir al mínimo los efectos de las sombras. Para la desinfección de una superficie, además de la posibilidad de colocar una fuente de UV-C en la habitación, también es posible colocar una fuente de UV-C cerca de la superficie.
Lo que está claro es que la salud portátil también será una de las tendencias más fuertes en el futuro, porque sin duda, el mundo ya cambió, y debemos actualizarnos para dar respuesta a las nuevas necesidades en salud que las condiciones exigen.
Los productos que emiten UV-C son extremadamente útiles para desinfectar el aire y las superficies, o para esterilizar el agua. El uso de longitudes de onda UV-C germicida (200 nm–280 nm), principalmente 254 nm, se ha utilizado con éxito y de forma segura durante más de 70 años. Sin embargo, la luz UV-C debe utilizarse de manera competente y con el debido cuidado en lo que respecta a la dosis y la seguridad. La CIE y la OMS desaconsejan el uso de lámparas de desinfección UV-C para desinfectar las manos u otras áreas de la piel (OMS, 2020) a menos que esté clínicamente justificado, pero recomienda ampliamente su uso para la esterilización de espacios, aire, agua, alimentos, ropa, superficies, siempre y cuando la luz no esté en contacto con los seres humanos y/o mascotas.
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